sábado, 21 de febrero de 2009

El clarinete


El clarinete pertenece, al igual que la flauta, a la familia orquestal de la madera (del tipo viento-madera). Es un aerófono de lengüeta simple. Se construye en madera, ebonita o ABS y su perfeccionamiento, en el siglo XIX, con un sistema de llaves mejorado le situó en un lugar privilegiado entre los instrumentos. La belleza de su timbre le hace apto para interpretar pasajes como solista además de ser un instrumento de enorme agilidad.

Se compone de:

  • Una boquilla (que normalmente está fabricada en ebonita o en cristal) con una lengüeta (o caña) sencilla sujeta a ella por una abrazadera.
  • Un tubo de orificio cilíndrico compuesto por varias piezas de madera dura (ébano o granadilla) o resina sintética llamadas barrilete, cuerpo superior y cuerpo inferior. En los cuerpos superior e inferior existen agujeros, que se tapan con los dedos o se cierran con llaves.
  • Un pabellón o campana.
boquilla y caña de clarinete

El nombre proviene al añadir el sufijo -et, que significa pequeño, a la palabra latina clarino, que significa trompeta (pequeña trompeta). En el Barroco generalmente se utilizaba para sustituir a ese instrumento, debido principalmente a su cromatismo (cosa que no existía en la trompeta).

El timbre del clarinete es rico en matices y posibilidades expresivas. Después de la flauta es el instrumento más ágil de la orquesta; puede emitir cualquier matiz extremo en cualquiera de sus registros, lo que hace de este instrumento una voz sumamente versátil, dicha capacidad de emitir matices extremos en cualquier registro es única entre todos los instrumentos. También es uno de los instrumentos con una de las extensiones más grandes en su registro: el soprano alcanza más de cuatro octavas (desde un mi2 y por encima hasta las posibilidades del músico) y los modernos clarinetes bajos ampliados sobrepasan las 5 octavas.

Su característico timbre se debe a la geometría cilíndrica de su cuerpo, lo que produce una casi anulación de los armónicos pares, lo que —desde el punto de vista espectal— lo hace parecido a una onda cuadrada. Como consecuencia, cuando el ejecutante abre el portavoz, el salto de nota no es de ocho notas como en el oboe, el fagot (cuya geometría es cónica) o la flauta (en la que, aun siendo cilíndrica, el tubo es un cilindro abierto), sino de doce (o sea, una octava más una quinta). El segundo armónico (par) ha sido ignorado. El sistema actual es el Böehm, Därkenz y Baüssel.

Se han escrito grandes obras y conciertos para el clarinete, entre los que destaca uno de los conciertos mejor valorados de la historia, el Concierto en La Mayor para clarinete y orquesta de Wolfang Amadeus Mozart.

El clarinete tiene su origen en un antiguo instrumento popular francés: el chalumeau, que era un instrumento de lengüeta simple con 7 agujeros. En el siglo XVII un clarinetista alemán llamado Johann Cristoph Denner le agregó una llave para el pulgar de la mano izquierda (portavoz), que permitía producir una nueva gama de sonidos, una duodécima por encima de la nota original. Esto marca el comienzo de la evolución del instrumento hasta su estado actual, en el que hay fundamentalmente dos tipos de clarinetes según el mecanismo: el sistema Boehm usado en casi toda Europa, Asia y América y el Öhler utilizado en Alemania, Austria y algunos países de ese entorno.

Igualmente el clarinete ha participado de la revolución musical que supuso, y supone, el jazz. Desde su integración incontestable en las primeras agrupaciones jazzísticas y en las big bands, hasta la existencia de grandes instrumentistas de jazz que tomaron el clarinete como vehículo de expresión.

  • Existe toda una familia de clarinetes según el registro: desde sopraninos afinados en do, mi bemol o re, hasta octocontrabajos afinados en si bemol. Los más utilizados son:

  • el sopranino en mi bemol (también llamado requinto y pitu montañés en Cantabria),
  • soprano en si bemol y en la,
  • alto o contralto (en mi bemol),
  • bajo (en si bemol) y
  • contrabajo en si bemol.

Además hemos de agregar dos tipos de clarinetes muy utilizados durante el clasicismo musical (que son justamente los utilizados en la mayor parte de las obras de Mozart):

  • el clarinete di bassetto (afinado en la), y
  • el corno di bassetto (afinado en fa).

Casi todos estos instrumentos son transpositores. La razón más plausible es que el clarinete soprano en do (en desuso) era demasiado estridente por su gran contenido de armónicos agudos, por lo que se le prefirió el clarinete si bemol (el más empleado) y en la (principalmente empleado en el repertorio orquestal). Una vez fijado el soprano de la familia, los demás miembros se establecieron en relación a éste.

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