sábado, 28 de febrero de 2009

El fliscorno


Fliscorno

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Fliscorno
Fliscorno
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El fliscorno o fiscorno es un instrumento de viento, perteneciente a la familia de los instrumentos de viento metal o metales dentro de la familia de los bugles (también llamados figles, bügelhorn, flügelhorn o saxhornos), fabricado en aleación de metal. Guarda gran similitud con la trompeta.

El sonido se produce gracias a la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla a partir de la columna del aire (flujo del aire). El fliscorno comúnmente, está afinado en Si (bemol), es decir, un tono por debajo de la afinación real.

El músico que toca el fliscorno recibe el nombre de fliscornista.


Etimología [editar]

La ortografía en alemán original, Flügelhorn, se traduce al inglés como wing horn ("cuerno de ala"). Una etimología posible es que el instrumento fue usado sobre el campo de batalla para convocar las alas (flancos) de un ejército en la batalla.[1]

Mecanismo [editar]

Boquilla de fliscorno.

Consta de un tubo de menos de 1 cm de diámetro y de aproximadamente 1,35 m de longitud, enrollado sobre sí mismo. El sonido se produce gracias a la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla. La boquilla es similar a la de la trompeta pero con un tudel más corto y el granillo (grosor interno de la boquilla) más ancho, hecho que le proporciona un sonido más dulce y oscuro que la trompeta (a menor profundidad del granillo se producen sonidos más brillantes o agudos, a mayor profundidad sonidos más dulces). El cuerpo del fliscorno tiene forma cónica y termina en una campana de unos 20 cm de diámetro.

El fliscorno tiene incorporado un sistema de válvulas (pistones o cilindros) que le permite cambiar la serie de armónicos que se desea hacer sonar. Por lo general, cuenta con tres válvulas y emplea el mismo sistema de digitación que otros instrumentos de viento metal. Así, se pueden realizar unas determinadas notas sin presionar ninguna válvula y conseguir las restantes con las series de armónicos que aparecen con la combinación de sus tres válvulas. Las posiciones de las notas del fliscorno coinciden con las de las trompeta, aunque su sonido sea más dulce y aterciopelado.

En el pasado, se fabricaron fliscornos con un número de materiales improbables, incluyendo la madera, la arcilla y la cerámica. También han sido fabricados completamente de latón, bronce, plata y níquel. El fliscorno moderno es fabricado comúnmente de latón y a veces es galvanizado con plata, níquel, oro o cobre.[2]

La afinación se suele ver afectada por la temperatura ambiental, por tanto es necesario calentar el instrumento antes de tocar soplando a través de él. Para afinar correctamente el fliscorno es necesario ajustar el tudel hasta conseguir la afinación deseada.

Musicalidad y ejecución [editar]

Rango de un fliscorno: fa#3 a do6, extendido a un do6.

El tono del fliscorno es más grave y emite un sonido más suave y redondo que el de la trompeta o la corneta. Tiene un nivel de agilidad similar al de la trompeta, aunque en el registro alto es más difícil de controlar. Normalmente no se usa de manera agresiva o brillante como la trompeta y la corneta (aunque puede darse el caso). Tiende más hacia un papel más suave y reflexivo. Sus principales ámbitos de aplicación se encuentran en el jazz y en las bandas de viento metal, aunque en ocasiones es usado en el ámbito orquestal. Un notable ejemplo de esto último es la Novena Sinfonía del inglés Ralph Vaughan Williams (1872-1958).

El fliscorno comúnmente está afinado en Si, es decir, dos semitonos por debajo de la afinación real. Durante más de un siglo fue empleado como solista en bandas europeas de toda índole, especialmente en las militares.

La versatilidad básica o rango del fliscorno es de dos octavas y media, desde el fa3 (sobre el do central del piano) hasta el do6 (dos octavas más agudo que el do central), aunque este rango puede aumentar debido a la pericia del músico.

Historia [editar]

Este instrumento forma parte de la familia de los bugles (también llamados figles, bügelhorn, flügelhorn o saxhornos). En 1811, el inglés Joseph Halliday patentó un bugle llamado Royal Kent bugle. En 1832, el muniqués Michael Saurle (padre) patentó en Baviera un bugle de llaves (Flügelhorn cromático).[2] Sin embargo, otros historiadores aseveran que el fliscorno surge del belga Adolphe Sax quien en 1845 patentó el saxhorno, una especie de bugle con llaves.

En sus orígenes era el instrumento encargado de dirigir las cacerías de los aristócratas alemanes, aunque poco después se comenzó a emplear en el ámbito militar. Desde Alemania comenzó a extenderse por el resto de Europa a países como Francia e Inglaterra.

Dada su tardía aparición, es un instrumento que no se encuentra en las orquestas sinfónicas. Lo han utilizado algunos compositores, como el ruso Ígor Stravinski o el italiano Ottorino Respighi en alguna de sus obras orquestales. La bibliografía de conciertos para fliscorno es casi nula: prácticamente no existen conciertos para este instrumento, aunque cualquier concierto para trompeta de la época romántica se puede tocar con este instrumento.

Actualmente es uno de los instrumentos más representativos de las bandas militares estadounidenses. En las bandas de música españolas es un instrumento que da un color muy especial a la banda y con gran presencia en las adaptaciones de zarzuelas para banda. Sin embargo, con el paso de los años los compositores están olvidando este instrumento y su papel se está viendo absorbido por el de la trompeta. El fliscorno guarda gran similitud con la tuba tenor (bombardino): la única diferencia es el registro en el que se encuentran uno y otro.

Fliscornistas famosos [editar]

Clark Terry durante un concierto con su fliscorno de pistones.

Obras para fliscorno [editar]

Véase también [editar]

martes, 24 de febrero de 2009

La corneta


La corneta es un instrumento musical de viento metal que imita la forma de un cuerno animal y es utilizada principalmente en el jazz y en la música clásica, principalmente en el siglo XIX en bandas militares europeas. El sonido se produce gracias a la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla a partir de la columna del aire (flujo del aire).

Antiguamente se utilizaba para dar el toque a las tropas de infantería del ejército y en los carnavales.

Tal como la trompeta, la corneta está formada por 3 válvulas que permiten al músico ejecutar diferentes tonos.

En el jazz fue muy utilizado durante el New Orleans, aunque luego fue suplantado de a poco por la trompeta, aunque aún se utiliza en el jazz.

Actualmente goza de gran popularidad en las Bandas de Cornetas y Tambores que principalmente participan en la Semana Santa en similitud a las bandas de carácter militar. En estos casos la corneta suele utilizarse sin pistones o válvulas, o con uno o dos traspositores.

El bombardino


El Bombardino, tuba tenor o eufonio (algunas veces escrito eufonium o euphonium) es un instrumento perteneciente a la familia del viento metal, con tubería cónica y con voz en la extensión de barítono-tenor. Éste último nombre del instrumento significa «sonido agradable» o «voz dulce», derivado de eu (bien, suave, tranquilo) y phonos (sonido, voz). Aún así, el primer nombre es el más común. El bombardino es un instrumento con pistones; aunque, muy raras veces se encuentran modelos con válvulas rotatorias. El sonido se produce por la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla a partir de la columna del aire (flujo del aire).

Nombre correcto y equivocaciones [editar]

De izquierda a derecha, trompa alto, bombardino barítono y bombardino.

El bombardino es posiblemente el instrumento menos popular en Occidente de todos. Muchos de los no-músicos en América no reconocen el nombre bombardino y debe ser comparado con una tuba pequeña (tenor).

Existe una gran confusión, principalmente en los Estados Unidos y los países influidos por éste[cita requerida], y es que aún cuando el bombardino y el bombardino barítono se consideran instrumentos iguales, en realidad no lo son. Hay quienes piensan que el bombardino tiene cuatro pistones y el barítono tres, pero también es una idea errónea. Aunque tienen el mismo registro, el barítono es más pequeño en apariencia y, aún más importante, es de tubo cilíndrico como la trompeta y el trombón, por lo que tiene un sonido más brillante. El bombardino posee un sonido más suave y oscuro. Gustav Holst, por ejemplo, en la primera versión impresa de la Primera Suite para Banda Militar, usa dos partituras distintas para dos instrumentos, siendo el barítono más agresivo y el eufonio lleva las partes más cálidas.

El llamado barítono norteamericano, con tres pistones de acción frontal y con campana hacia el frente era predominante en las bandas estadounidenses. Mientras que el instrumento era en realidad un híbrido entre tubería cónica-cilíndrica, no era, en realidad, ni un barítono ni un bombardino. Aun así, era rotulado barítono por muchos autores y directores; ésta es probablemente la principal causa de la confusión entre bombardino y barítono.

Construcción y características generales [editar]

El bombardino está construido en Si bemol de concierto, es decir, al no presionar ningún pistón, el instrumento producirá parciales de la serie de armónicos de Si bemol. En América Latina y Norteamérica, la música para el instrumento se escribe en Clave de Fa en tonalidad de concierto (es decir, sin transposición), pero en la música para bandas de concierto o bandas sinfónicas, es común que las partes para bombardino se escriban en Clave de Sol, transponiendo hacia abajo una novena mayor. En la tradición europea de bandas de metales, principalmente en el Reino Unido, la música para bombardino también se escribe así. En el continente europeo, las partes para bombardino están, algunas ocasiones, escritas en Clave de Fa pero una segunda mayor más agudo que el tono del sonido.

Los modelos profesionales incluyen un juego de tres pistones de acción superior más un cuarto pistón, comúnmente encontrado a mitad de espacio hacia abajo en la tercera bomba de afinación. Los modelos para principiantes sólo tienen tres pistones y los modelos intermedios para estudiantes poseen cuatro de acción superior.

El bombardino tiene un registro extenso, las notas más graves obtenibles dependen del juego de pistones que posea el instrumento. Todos los instrumentos llegan bien hasta Mi una línea adicional bajo el pentagrama, pero los instrumentos de cuatro pistones alcanzan hasta Do bajo el pentagrama. Los instrumentos sin sistema de compensación sufren de desafinación desde el Mi bemol hacia abajo hasta el Do. Los instrumentos con sistema de compensado no sufren estos problemas y llegan hasta un Si natural bajo el pentagrama. Desde el Si bemol bajo la clave de Fa en adelante, está el «registro pedal». Es fácilmente producido en el bombardino en comparación con otros instrumentos del viento metal. La nota más grave producida en los instrumentos con sistema de compensado es BBB, seis líneas debajo la clave de Fa.

Como los otros instrumentos de tubería cónica, el fliscorno, la trompa francesa y la tuba, la tubería del bombardino incrementa gradualmente en diámetro, resultando un suave y más gentil sonido comparado con el de otros instrumentos de tubería cilíndrica como la trompeta o el trombón.

La digitación en el bombardino es la misma que en la trompeta o la tuba, los eufonistas principiantes pueden presenciar problemas con la entonación y la respuesta, si se compara con otros instrumentistas del viento metal. Además, es muy difícil para los estudiantes, principalmente los de secundaria, desarrollar un sonido rico característico del eufonio, por culpa en parte a los modelos para principiante que se usan en las escuelas.

Historia y desarrollo [editar]

El ancestro del bombardino es el oficleido y últimamente hacia atrás, está el serpentón. La búsqueda de un instrumento de viento satisfactoriamente funcional que pudiera apoyar las masas de sonido tomó un poco de tiempo; mientras que el serpentón era usado por dos siglos, al final del Renacimiento, era notoriamente difícil mantener su afinación y calidad de sonido. El oficleide, que era usado en bandas y orquestas por unas cuantas décadas, usaba un sistema de llaves que lo hacían un paso adelante del serpentón pero no era bueno en el registro agudo.

Con la invención del sistema de pistones alrededor de 1818, las construcciones de instrumentos de viento metal con una facilidad para ser tocados aumentó. El bombardino se dice fue inventado como "un bugle de tubería ancha en el rango barítono" por Ferdinand Sommer de Weimar en 1843, pero también se le acredita a Carl Moritz en 1838 y a Adolphe Sax en 1843. Aunque la familia de los saxhornos o saxcornos de Sax fueron inventados al mismo tiempo y que el saxhorno bajo se parecía mucho al bombardino, eran construidos diferente. Los saxhornos eran de tubería cilíndrica. El eufonio al “estilo británico” con compensado fue desarrollado por David Blaikley en 1874 y ha estado en uso en Gran Bretaña desde entonces sin cambiar demasiado en su construcción.

Literatura [editar]

El bombardino es y será un instrumento de banda. No es considerado miembro del quinteto de metal pero es invitado como solista, inclusive en algunos grupos de jazz. Por esto, su versatilidad y el parecido en timbre y rol al instrumento de cuerda, es llamado «cello de la banda» o «rey de los instrumentos de banda».

Los bombardinos tienen regularmente partes extremadamente importantes en las marchas como las de John Philip Sousa. Es encontrado en las bandas de marcha, pero últimamente está siendo reemplazado por su más-fácil-de-cargar primo, el barítono de marcha. Otro grupo importante en el que hay bombardinos es el cuarteto de tubas-bombardino. El eufonio es también un instrumento indispensable de la banda sinfónica y otras bandas de concierto.

Aunque el bombardino no es un instrumento orquestal, hay partes en las que un invitado toca partes en el eufonio, principalmente las de tuba tenor, figle, o trompeta baja. Dentro de las piezas originales para el instrumento, se puede mencionar Fantasia de Gordon Jacob, Concerto de Joseph Horovitz, Cuatro Diálogos de Samuel Adler, Concerto per Flicorno Basso de Amilcare Ponchielli, entre otros. En las audiciones para banda son frecuentes las partes de Roman Carnival Overture de Hector Berlioz (trans. Godfrey), Second Suite in F de Gustav Holst, Festive Overture de Dmitri Shostakovich (trans. Hunsberger), Stars and Stripes Forever de John Philip Sousa, etc.

La tuba


La tuba es el mayor de los instrumentos de viento-metal y sus antecesores son el serpentón y el oficleido. Es uno de los instrumentos más recientemente añadidos a la orquesta sinfónica moderna, aparecido en 1835 con Wilhelm Wieprecht y Johann Gottfried Moritz, sustituyendo al oficleido del siglo XVIII. El sonido se produce gracias a la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla a partir de la columna del aire (flujo del aire). La primera vez que se utilizó la tuba moderna en una orquesta sinfónica fue en El anillo de los nibelungos de Richard Wagner.

Habitualmente en una orquesta hay una sola tuba, utilizada como el bajo de la sección de metales. Gracias a su versatilidad permite utilizarla para reforzar cuerdas y vientos de madera o, cada vez más, como instrumento para solos.

Las tubas también son utilizadas en bandas y en conjuntos de viento, en cuyo caso se utilizan dos instrumentos de cada una de las dos afinaciones: Mi y Si.

En manos habilidosas, es un instrumento capaz de cubrir un amplio campo de sonidos (más de 4 octavas) y extraordinariamente ágil.

Existen varias afinaciones dentro de las tubas; las más comunes son Fa, Mi, Do o Si.

La tuba más común es la tuba contrabajo, afinada en Do o en Si. Las siguiente por orden de tamaño es la tuba baja, afinada en Fa o en Mi, una cuarta o quinta más alta que la contrabajo.

El bombardino, también llamado tuba tenor, es otra octava más agudo. Afinado en Si o en Do. En este último caso se denomina también tuba francesa

La tuba puede llegar a tener hasta seis pistones o válvulas (cuatro de digitación normal más dos de transpositores de medio tono y tono de afinación), aunque las más comunes son las que tienen cuatro. También se fabrican modelos de tres válvulas, aunque suelen ser para principiantes. Algunos modelos especiales tienen sólo dos válvulas. Nótese que a pesar de tener tan reducido número de pistones, la tuba abarca un espectro tan amplio de sonidos porque con cada posición de los pistones se pueden tocar notas diferentes según la forma de soplar en cada momento del instrumentista.

El trombón


El trombón es un instrumento musical aerófono de la familia de viento-metal, con un registro más grave que el del corno. El sonido se produce gracias a la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla a partir de la columna del aire (flujo del aire). Las diferentes notas se obtienen por el movimiento de un tubo móvil, denominado vara, alargando la distancia que el aire en vibración debe recorrer, produciendo de este modo sonidos que también se pueden controlar con una mayor o menor presión del aire soplado por el intérprete en la vara, más se alarga la columna de aire y el sonido producido es más grave—cada posición bajo que la anterior. Sin embargo también existen trombones con válvulas, aunque actualmente están en desuso. Al igual que casi todos los instrumentos de esta familia de viento metal, el trombón de varas es de latón, y consiste en un tubo cilíndrico y abierto enrollado sobre sí mismo.

Durante los periodos barroco y clásico se usaba mucho en la música religiosa y desde el siglo XIX es imprescindible en la gran orquesta sinfónica. También se utiliza en las bandas y en la música de jazz donde, además de ser un instrumento clave para la big band, interpreta pasajes solistas. lia del trombón hay muchas variantes con distintas tesituras y tamaños. En la orquesta se suele usar el trombón tenor y a veces el bajo.


Tipos de trombón [editar]

Trombón de Varas

Se puede clasificar según el sonido particular que emite y por tanto las notas y claves que le cambia la altura de las notas utilizando un sistema de válvulas y pistones. El sonido es distinto y exagera cualquier imprecisión en la entonación.

Orígenes y antecedentes del trombón [editar]

El trombón, como los otros instrumentos de viento, tuvo su origen en la barra hueca y los cuernos de los animales.

En el 3000 a. C.,cuando el hombre descubre los metales, empieza ya a hacer instrumentos musicales. Se ha demostrado que los chinos, los asirios y los babilonios ya tenían instrumentos de metal con forma de trompetas rectas con embocadura. Los hindúes poseían también instrumentos parecidos a las trompetas rectas. En la tumba de Tutankamon (1350 a. C.), se encontraron trompetas de bronce dorado y plata, cortas y de sonidos agudos. Los hebreos tomaron las trompetas de los egipcios. En el Antiguo Testamento aparece documentado este hecho, es más, se dice que Moisés estableció normas para su construcción. En la marcha hacia la Tierra Prometida, relatada también en el Antiguo Testamento, el ejército de Josué debió contar con ellas, en concreto los shofars, construidas con cuernos de animal, ya que según la Biblia derribaron las murallas de Jericó.

Grecia y Roma heredaron la cultura musical y los instrumentos de estos pueblos. La trompeta metálica tenía una gran importancia para los griegos, que la usaban en actos religiosos y en los juegos olímpicos, donde se celebraban también competiciones de intérpretes de trompetas. Uno de estos trompetistas fue Herodoro de Megara (siglo III a. C.) que se hizo famoso tocando dos trompetas a la vez, habilidad con la que ganó diez campeonatos. Estas trompetas tenían tubo cónico y recto, y provenían de las egipcias. Verdi hizo construir reproducciones de estos instrumentos para el estreno de su ópera Aida con motivo de la apertura del Canal de Suez en 1870, aunque debido a la guerra franco-prusiana y a la lentitud de éste, no pudo representarse hasta un año después en el Cairo.

Los romanos usaban las trompetas para acompañar sus cantos guerreros y en sus fanfarrias heráldicas. Podían ser de tres tipos: el lituus, curvado y de sonido agudo, que utilizaba la caballería; la tuba, recta y de sonido más grave, para la infantería; y la bucina, en forma de espiral y que produce sonidos aún más graves.

Para facilitar el manejo y ampliar el registro de sonidos armónicos alargando la tubería se desarrolló la curvatura del instrumento. Esto aparece documentado en el “Epitome Institutionum Rey Militaris” de Vegio Renato Flavio (siglo IV).

En el siglo XI, la tubae romana se alarga y hace más estrecha ensanchando el pabellón, como influencia de las trompetas musulmanas que llegaron a Europa con las invasiones. Un poema del siglo XI menciona las Trompas y Buisines, como “largas trompetas de pabellón ensanchado, en cobre o plata”. En España, y en las cantigas de Alfonso X El Sabio (siglo XIII), se cita, entre otros instrumentos, la Anafilos o trompeta recta de origen romano. Los franceses le llamaban buisine como aparece en la Chanson de Roland .

Por un encargo de Federico II a la villa de Arezzo, en 1240, se construyeron dos tipos de trompetas: la trombetta, pequeña de madera, y la bucina, grande de metal. En 1783, se descubrieron entre las ruinas de Pompeya dos grandes trompetas construidas en bronce con embocadura de oro, una de las cuales parece ser pertenecía a la colección del Rey de Nápoles Windsor. Los turcos usaban una trompeta llamada surme.

Durante la Edad Media los instrumentos de embocadura mantuvieron sus nombres primitivos: Lituus (corneta), Tuba (trompeta) y Buccina (trompeta grande o trombón). En esta época también aparece un instrumento llamado serpentón, con forma de S, de ahí su nombre. Este instrumento tenía seis agujeros, tres para cada mano, y una boquilla metálica.

En Alemania la denominación buccina fue convirtiéndose en busan, pusun y pousane, término que aplicado al trombón ha llegado a nuestros días y que se mantiene en los países germánicos y del centro y norte de Europa. El nombre de trombón, del italiano trombone, o trompeta grande, se mantuvo hasta el siglo XVIII y es el usado en los países latinos, Inglaterra, América Latina y Norteamérica.

La curvatura de las barras que después llevaría a la vara corredera aparece documentada por primera vez en los grabados y pinturas del siglo XIV, en dos láminas de “Ángeles músicos”(derecha) del siglo XV pintados por Fray Angélico en Italia y por Hans Hemling en los Países Bajos. En estas ilustraciones se ve un ángel tocando una trompeta cuya boquilla sostiene con los dedos, por lo que se supone que se introducía y se sacaba del tubo para variar los sonidos. Algo parecido a lo que se llamaría “Tromba di tirarsi”, trompeta cuya boquilla hacía de corredera en el tudel, y que posiblemente utilizó Johanne Sebastian Bach.

Una obra de Virdung, impresa en Bále hacia 1511, menciona el busaun como “instrumento de tubos que se prolongan”. En 1590, el francés Guillaume, Canónigo de Auxerre, inventa un instrumento que llama “Bucsen a cozilise”,lo que quiere decir bocina de varas. Consistía en dos tubos largos, en forma de grandes bombas, que se alargaban. Tenía una forma rudimentaria y un sonido áspero y era usado en fanfarrias y bandas militares, pero pronto cayó en desuso.

Entre los siglos XV y XVI aparecen las varas tal como han llegado a nuestros días. Su forma actual puede verse en pinturas, relieves, marfiles, y manuscritos de la época. En la Biblioteca Nacional de París, hay un manuscrito de 1457 con una miniatura donde se ven trompetas graves en forma de sacabuches. Sacabuche proviene de los verbos franceses “saquer” que significa tironear y “bouter”, presionar, es decir literalmente significa tirar y presionar, para representar el movimiento de la vara. Este era el nombre que daban los franceses al trombón de varas. También podría venir del parecido del instrumento con un arma empleada en la época para las acciones de asalto, consistente en una especie de garfio largo utilizado para descabalgar al jinete enemigo, aunque esto es menos probable. Este instrumento era parecido al actual trombón de varas, pero de menor tamaño.

Al contrario que la en el caso de los órganos o los instrumentos de cuerda, la construcción de instrumentos de viento no puede localizarse en ningún país en concreto, porque aparecen por toda Europa. No obstante pueden destacarse constructores alemanes, flamencos e ingleses. En la construcción de trombones destaca la ciudad alemana de Nuremberg, donde nacieron los Neuschel, artesanos del cobre y un tanto responsables de la evolución del trombón en el siglo XVI; de hecho, uno de los trombones más antiguos que se conservan fue construido por Jörg Neuschel (Nuremberg 1557).Gracias a su reputación, los Neuschel tuvieron encargos de las cortes europeas, incluso del Papa León X. Nuremberg también fue la ciudad natal de Erasmus Schintzer (nacido en 1551), el constructor de otro de los trombones más antiguos. Entre los flamencos destaca Pieter Bogaerds, de Amberes, y Hemy van der Moer, de Malinas (siglo XV). El Parlamento francés registra y reconoce en 1680, la construcción de instrumentos de viento, ente ellos los Raoux y Courtois. Los Courtois aún se siguen fabricando. En Inglaterra se menciona a la familia Distin (1798), como constructores de la trompeta de varas, instrumento que aún se suele usar en aquel país.

Renacimiento y barroco [editar]

El siglo XVIII [editar]

El auge moderno del trombón en la orquesta empieza a partir de 1767 con la ópera de Christoph Willibald Gluck, Alceste.

Durante el siglo XVIII el acampanamiento del pabellón del trombón se hizo más pronunciado y los soportes móviles se sustituyeron por abrazaderas firmemente soldadas. La primera parte del siglo fue también testigo de un declive general en la utilización del instrumento. Pero esta tendencia se invirtió a finales del siglo, cuando las bandas militares encontraron útil el trombón y cuando sus asociaciones eclesiásticas y sobrenaturales lo introdujeron en las óperas de Gluck y Mozart.

Mozart utiliza los trombones para producir ciertos efectos dramáticos en sus óperas “La flauta mágica” y “Don Juan” y lo utilizó en varias de sus obras sacras, como por ejemplo en la “Missa solemnis”, “Missa en do menory” o en el “Réquiem” . Beethoven sólo lo utiliza en las sinfonías quinta, sexta y novena. Schubert lo empleó en sus últimas sinfonías y Weber, en sus óperas, mostrando el efecto maravilloso de los trombones en una armonía muy suave. Georg Friedrich Händel (1685-1759) le dio una especial importancia en los oratorios Israel in Egypt (1738) y Saul (1738) y es posible que en El Mesías. Su contemporáneo Johann Sebastian Bach (1685-1750) lo empleó en muchas de sus composiciones, especialmente en cantatas, aunque nunca le asignó un solo, cosa que hizo con casi todos los instrumentos, y lo empleó siempre para reforzar las voces doblando sus partes. Como Händel lo usó con cautela y sin apartarse de la rutina. Johann Mattheson (1713) hizo hincapié en su gran sonoridad, aunque reconocía que fuera de la música sacra era de poco uso. Franz Joseph Haydn (1732-1809) lo destacó en “Die Schöpfung” (1798)

En el siglo XVIII se escribieron los primeros conciertos para trombón, pero estos conciertos no eran para el trombón tenor que se usa hoy en día sino más bien se parecería al trombón alto. Algunos otros compositores de esta época fueron Leopold Mozart, Michael Haydn y Johann Georg Albrechtsberger.

En Alemania los sacabuches se usaron en algunas ocasiones en el acompañamiento de corales. Su registro cromático los hacía perfectos para estas funciones, lo que las trompetas y trompas no podían realizar por no poder variar sus notas fundamentales, circunstancia que les impedía llenar los claros de las series armónicas.

En la zona alemana el trombón perdura para la música religiosa. La Corte de los Habsburgo contrataba a compositores tanto alemanes como italianos (Fux, Caldara, Ziani) en cuyas obras sacras, destacaban muchos y bonitos solos para trombón.

Debido a esto, desde Alemania hubo voces en contra de esta utilización del trombón fuera del ámbito religioso, ya que era considerado como una profanación.

En el siglo XVIII en la música austriaca el trombón tuvo un importante papel. Cuando los altos y los tenores del coro no cantaban, se tocaban largos solos. Estos pasajes que tenían igual importancia que las voces eran sacados de una gran variedad de música encontrada entre la Liturgia Romana Católica. El trombón de usaba en misas, oratorios, el “Salzburg Schuldramen”, vespers, letanías y antífonas.

Existieron tres grandes trombonistas en el siglo XVIII: Thomas Gschlatt de Salzburgo, Anton Bachschmidt de Melk y Leopold Christian de Viena, que era el más joven de los tres. Los tres vivieron en la misma época. La Stadtpeifer tradición en Austria todavía producía trombonistas que inspiraban a compositores como Leopold Mozart, Johann Michael Haydn, Johann Georg Albrechtsberger, Georg Christoph Wagenseil, e incluso Wolfgan Amadeus Mozart.

Thomas Gschlatt (1723-1806) tocaba el trombón alto. Compositores como Leopold Mozart, Michael Haydn y Johann Georg Albrechtsberger. le escribieron composiciones exclusivas para él.

Anton Bachschmidt (1728-1797) fue un músico capaz de tocar el violín y el trombón en el monasterio de Meltz, Austria. Fue el último de tres generaciones de Bachschmidts todos ellos Thurnermeisters. Un Thurnermeister (literalmente maestro de la torre) era el encargado de un pequeño grupo de músicos (Stadtpeifer). Compositores como Melk hicieron composiciones para él.

En la Capilla de la Corte de Viena aparecen en las nóminas de 1680 a 1770 de cinco trombonistas con el apellido Christian. En concreto dos de ellos Leopold Christian Jr. Y Leopold Christian Estaban muy bien pagados y eran muy conocidos por su habilidad como solistas. Dos Maestros de Capilla de la Corte, Johann Georg Reuter (1708-1772) y Georg Christoph Wagenseil (1715-1775) escribieron composiciones inspirándose en el talento de Leopold Christian Jr., incluyendo un concierto de Wagensiel.

El trombón fue un importantísimo instrumento en la música sacra del siglo XVIII. Esto dificultó su mayor alcance y uso en la música profana hasta la llegada de las bandas militares en el siglo XIX. La contribución del trombón como instrumento melódico en la música sacra del siglo XVIII ha sido pasada por alto durante mucho tiempo; en nuestros días esto ha cambiado y se ha reconocido la importancia del trombón en dicha época.

Se cree que algunos trombonistas de Alemania y de Austria pasaron a Francia y a Inglaterra durante los últimos 20 años del siglo XVIII para introducir de nuevo este instrumento en esos países, pero ya no únicamente con finalidad religiosa si no con una finalidad militar, de orquestas de danzas...

En Alemania, además del trombón tenor era representativo el trombón alto, como se aprecia en algunas de las composiciones de Albrechtsberger (maestro de capilla de la Abadía de Melk), en concreto su famoso Concierto para trombón alto así como la participación de este instrumento en otras obras como en la antífona “Alma redemptoris mater” en la que en uno de sus tres movimientos comprende solos de trombones altos y tenores. Además en la cercana abadía de Góttweig, fue nombrado en 1.736 organista y compositor Zechmer quien escribió numerosas composiciones que incluían a los trombones.

El siglo XIX [editar]

Berlioz y Wagner , más que nadie, contribuyeron a dar al trombón una posición estable; y después de 1860 la popularidad de este instrumento aumento enormemente. Berlioz se lamentaba en 1843 de que sólo se usara el trombón tenor, y no se le diera importancia al trombón bajo.

Al comienzo del siglo XIX la mayoría de los instrumentos de viento-metal sufrieron una importante transformación con la invención del sistema de válvulas. El trombón permaneció con su forma original y no fue modificado. Esto supuso que no se compusiera música para él y excepto en algunos casos (Rimsky-Korsakov, Weber, Guilmant, David) fue utilizado exclusivamente en música para orquesta sinfónica.

En esa época la mayoría de los instrumentos de viento metal fueron sometidos a importantes cambios con la invención de las válvulas. El trombón de varas fue considerado un instrumento tosco, torpe y la mayoría de los instrumentistas lo abandonaron en favor de la trompa, el trombón de pistones, o la corneta por lo que obras como la Romanza para trombón y piano de Weber fue olvidada durante más de un siglo.

Debido a la invención de las válvulas, en el principio del siglo XVIII, el trombón perdió importancia.

Sin embargo, en Leizpig, se inició una época que devolvió al trombón de nuevo su gran popularidad. En 1815 un trombonista llamado Friedrich August Belcke estaba empleado en la “Gewandhaus Orchestra” y su debut en ese mismo año fue aclamado de en la Allgmeine Musikalische Zeitung por su virtuosismo y conocimiento del instrumento. Ese año Belcke dejó Leizpig y consiguió trabajo en Berlín. Desde aquí comenzó su carrera como solista con giras que le llevaron por toda Europa.

Aunque Belcke abandonó Leizpig, el trombón siguió ganando gran importancia allí. En 1817 un joven de 17 años llegó a la ciudad al conseguir un trabajo como violinista y trombonista en la Leizpig Stadstmusik. Se llamaba Carl Traugott. Durante algunos años fue violinista en el famoso “Matthäi Quartet” y estuvo como líder en la orquesta Euterpe, pero su gran contribución a la música la hizo como trombonista en la Gewandhauss Orchestra, donde trabajó desde 1820 hasta 1943. El debut de Queissner como solista no fue menos exitoso que el de Belcke.

Después de este gran debut, Queisser apareció como solista con la Gewandhaus Orchestra en muchas ocasiones, y creció su fama en Alemania.

Por su gran popularidad y por quedar impresionado al escuchar a Queisser, Mendelssohn (que se convirtió en director principal de la Gewandhaus Orchestra en 1835), le prometió un concierto para trombón, que no compuso al enamorarse de Cecile Jeanrenaud y casarse con ella en 1837, olvidándose del tema. Afortunadamente Mendelssohn no fue el único compositor de Leizpig de esa época. En el primer año en la orquesta, Mendelssohn tenía como maestro a su colega y amigo Ferdinand David. Queisser y David se conocieron y éste último prometió a Queisser componer lo que Mendelsson no tuvo tiempo para realizar: un concierto para trombón. David acabó su concierto para trombón Op.4 en 1837. El estreno de la obra se convirtió en un gran acontecimiento y fue tocado en varias ocasiones, no sólo en Alemania sino también en el extranjero. Este concierto fue considerado su mejor trabajo.

Después de la muerte de Queisser en 1846, el trombón pasó desapercibido en Alemania para el público de música seria durante largo tiempo. Los sucesos de Leizpig , sin embargo, no pasaron desapercibidos para el resto de Europa. Esto hizo que en Francia creciese el interés por este instrumento al tiempo que en Alemania disminuía. En el Conservatorio Superior de París se creó un ambiente muy favorable para el trombón.

Pero aparte de la presentación de Belcke lo que aumentó la popularidad del trombón fue la revolucionaria invención del trombón en F en 1816. Esto fue probablemente lo que inspiró a Carl María von Weber a componer su Romanza para trombón y piano escrita poco después.

La creación de la clase de trombón en el Conservatorio Superior de París hizo aumentar considerablemente el repertorio para trombón. Esta clase se introdujo experimentalmente por Cherubini en 1833 con Félix Vobaron como profesor, la clase se hizo oficial en 1836 siendo dirigida por Antoine Dieppo (1808-1878) hasta 1871. Dieppo, que fue admirado por Berlioz, fue Trombón Solista de la Ópera y Sociedad de Conciertos del Conservatorio. Junto a Fréderic Berr escribió uno de los primeros métodos para trombón. Sus sucesores fueron Paul Delisse (1817-1888) desde 1871 hasta 1888, seguido de Louis Allard (1852-1940) desde 1888 hasta 1925.

La clase de trombón de pistones se sumó a la de trombón de varas entre los años 1857 y 1870. Los primeros Solos de Concurso para exámenes del Conservatorio fueron escritos en 1838. Son piezas importantes para la evolución del repertorio. Sus autores no fueron conocidos hasta 1842, siendo algunos de los primeros Dieppo, Verroust, Gounoud o Bazin. Una importante parte de estos trabajos se ha perdido.

El perfeccionamiento del sistema de válvulas causó una revolución en la fabricación de instrumentos musicales. Adolphe Sax (1814-1894) utilizó estos sistemas de válvulas para modificar y crear nuevos instrumentos. El trombón de válvulas supuso en un principio una importante revolución pero progresivamente cayó en desuso. Este trombón poseía seis válvulas independientes que representaban las posiciones de la vara. La complejidad de su técnica y la exageración que hacía de las imprecisiones de la entonación provocó que rápidamente se dejara de utilizar.

A finales del siglo XIX muchos músicos se dieron cuenta que el extraño y bonito timbre de los instrumentos de metal se había perdido con los instrumentos de válvulas y que las válvulas no mejoraban la técnica de los instrumentos por lo que la popularidad del trombón fue en aumento y el interés por este instrumento creció desde entonces.

Durante el siglo XIX el trombón entró a formar parte de las orquestas sinfónicas.

A partir de Berlioz el uso del trombón se hizo necesario para la gran orquesta sinfónica y los compositores más importantes escriben para él. Wagner contribuyó a darle una posición estable.

El siglo XX [editar]

Trombón

Es en este siglo cuando los compositores han explotado todas las posibilidades del trombón, no sólo en la orquesta (confiándole importantes solos), sino también en su papel como instrumento solista, ya que la literatura para trombón solista ha aumentado considerablemente.

La mayoría de la música compuesta para trombón se ha producido entre 1940 (fecha en que se escribió la Balada de Martin) y nuestros días.

Se podría afirmar que el renacimiento del trombón comenzó en los Estados Unidos a comienzos del siglo XX. El trombonista de jazz Jack Teagarden y el súper-virtuoso Arthur Prior, cada uno en su tipo de música, llevaron el trombón a unos límites antes no conseguidos.

No fue hasta mitades de siglo cuando los compositores clásicos de Estados Unidos comenzaron a escribir en serio música para trombón como solista. Los pensamientos de los solistas todavía no influían en los compositores de música seria: la música de Teagarden o de Prior estaba infravalorada. El jazz era una música para negros, la música de Arthur Prior estaba dedicada a la clase obrera media-baja, mientras que los compositores de música seria escribían música para los grupos de intelectuales.

Es por esto bastante natural que la primera vez que se escribió de manera seria para trombón como instrumento solista lo hiciera un compositor que estuviese interesado en la técnica de la música de jazz, de la música ligera y de la música clásica.

El siglo XXI [editar]

El trombón tiene un uso cada vez más adentrado en el jazz, así como en géneros diferentes como el reggae, salsa, cumbia etc.. lo que se pensó como un instrumento 100% clásico se ha podido adaptar a través de los años en estos diversos géneros.

Flauta travesera


La flauta travesera[1] o traversa es un instrumento musical de viento madera. El músico que toca la flauta es conocido como flautista.

Los materiales que se emplean en la flauta pueden comprender entre madera, alpaca (más conocida como plata alemana) que es de lo que generalmente están hechas las flautas para los alumnos principiantes y por último podemos encontrar de forma completa o combinada la plata, el oro e incluso el platino. El uso de los diferentes tipos de materiales vendrá determinado primeramente al gusto del flautista pero hay otros factores que pueden decidir qué material preferir, como por ejemplo la proyección del sonido en los diferentes tipos de materiales y su color. Por ejemplo, el color del sonido de una flauta de oro es cálido mientras que el de una flauta de plata es más brillante. Los materiales metálicos de la flauta se suelen combinar entre las diferentes partes de las flautas. Suele hacerse así por motivos económicos, como por ejemplo tener una flauta con la cabeza de plata y el resto de alpaca, o la flauta entera de oro y las llaves de plata.

Las flautas no forman parte de la familia de los instrumentos de viento de metal sino que dentro de la clasificación usual de los instrumentos de la orquesta sinfónica, por su sonido se encuentran en el grupo de los instrumentos de madera junto con los de las familias del clarinete y del oboe, esto es, los instrumentos de lengüeta simple y doble. En la clasificación formal que estudia la Organología, las flautas pertenecen a la familia de los instrumentos de bisel (que desde muy antiguo se han fabricado de madera) independientemente del material de que estén fabricadas.

Su registro básico es de tres octavas y va desde el do4 (el sonido de la tecla central del piano, que en la nomenclatura anglosajona se llama C4) hasta el do7. Ese registro puede ampliarse hasta a tres octavas y una quinta justa, desde el si3 hasta el fa#7; la nota grave adicional se consigue mediante una llave adicional (es importante hacer notar que las flautas mas costosas se fabrican con llaves adicionales, para alcanzar si bemol 3, por ejemplo), y el extremo agudo (esa quinta justa que va del do#7 al fa#7), se logra mediante la ejecución de armónicos, técnica que depende de la capacidad del ejecutante, que debe ser adquirida con práctica y un estudio riguroso de la sonoridad.


La flauta travesera tradicional estaba fabricada en madera, y básicamente consistía en un tubo en el cual se practicaban los pertinentes orificios. En el siglo XIX Theobald Böhm perfeccionó el instrumento, modificando el método de fabricación, añadiéndole nuevos orificios e introduciendo un sofisticado sistema de llaves, más ergonómico, que facilitaba la digitación. Si bien se puede fabricar con platos cerrados (es decir, la llave que pulsa cada dedo carece de orificio), lo habitual hoy día es fabricarla con platos abiertos.

Desde entonces el diseño de la flauta travesera no ha sufrido prácticamente cambios de importancia. Sin embargo, los materiales para fabricarla sí han cambiado; hoy en día, se fabrican flautas de metal, plata y hasta oro. La calidad de su material influye mucho en la calidad del sonido. Además mejora notablemente si se fabrica la boquilla con especificaciones detalladas que varían según el intérprete y sus necesidades o requerimientos.

Primitiva (de la edad media) [editar]

El origen de la flauta es ciertamente remoto. Era conocida hace unos 25000 años a.C. , y estaba hecha en hueso, a modo de silbato. En todo el mundo, diferentes culturas inventaron sus propios tipos de flautas, según las necesidades. Las civilizaciones tempranas donde predomina el impulso masculino asocian las ideas flauta – fertilidad – vida – renacimiento, y la asocian con innumerables ceremonias. Eran hechas con madera o huesos humanos, caracolas y había una gran variedad de tamaños. Es interesante observar que en el 1000 la flauta desaparece junto con la caída de Roma y comenzó a reaparecer en el siglo X y XI. Es probable que la flauta fuera introducida en Alemania por los Bizantinos. En el siglo XIV, la flauta se introduce en los demás países europeos. La flauta travesera tenía un cilindro más ancho que los anteriores. Esto permitía que la octava grave fuera más fácil de soplar y no estaba tan limitada en su registro agudo. Las tendencias musicales de esta época buscaban instrumentos homogéneos, mezclados en grupos heterogéneos: el comienzo de la orquesta sinfónica. La jerarquía sonora impuesta por las reglas de orquestación queda reservada para la flauta en do y el piccolo, que es empleado en la orquesta sinfónica. Para la flauta se comienza a desarrollar el repertorio solista. El sonido producido por la flauta travesera todavía era inconstante, pero más fuerte, claro y penetrante que el de las flautas dulces. Durante el siglo XVI, fue uno de los instrumentos más populares en Italia. Su popularidad se extendió a Inglaterra, donde se destaca la gran colección de flautas de Enrique VIII.

Renacentista [editar]

El período renacentista marcó popularidad para la flauta de pico, sin embargo, las flautas traveseras todavía se seguían tocando en la primera mitad del siglo XVII y los instrumentos de viento de madera fueron rediseñados. Las flautas estaban construídas en una sola pieza, eran cilíndricas y tenían seis orificios muy pequeños, lo que producía una sonoridad de colores pálidos.

Barroca [editar]

Flauta travesera barroca.

La era Barroca marcó el retorno de la popular Flauta travesera. Su construcción fue hecha en un tubo cónico que contenía seis agujeros abiertos agrupados en dos secciones y una llave cerrada cubría, que producía el Re#. El cuerpo, antes de una sola pieza, fue realizado en tres partes: cabeza, cuerpo y pie. La flauta barroca empieza sus alturas en Re y tenía dos octavas. Otras notas podían tocarse intercalando dedos o tapando la mitad de los orificios, pero eran difíciles de tocar y de sonoridad opaca. Alrededor de 1700, el cuerpo fue dividido en dos partes y pies extras, llamados cuerpos de recambio, lo que permitía al flautista adaptar su afinación de acuerdo a diferentes orquestas. De todas maneras, con las posiciones cruzadas, las flautas tenían mejor respuesta sonora en Re y Sol Mayor. Si bien había muchos flautistas, los flautistas profesionales lograron adaptarse a los cambios muy bien. En 1722 se inventan las llaves de Do y Do#. El flautista y compositor J. Quantz critica mucho esta prolongación, que juzga inútil y nociva para la calidad del sonido. En 1752, los Tratados de Quantz y Tromlitz (en 1786), ofrecen diferentes digitaciones para cada nota. En 1760 los fabricantes Florio, Gedney, y Potter agregan las llaves de Sol#, Si y Fa. Alrededor de 1790 aparecen flautas de 4 llaves en la música sinfónica de Haydn y Mozart.

Clásica [editar]

Durante el período clásico, Pratton, Carta, Siccama y Radcliff contribuyeron a diseñar la flauta. Antes de 1800 sólo tenía seis llaves, poco después se le agregaron dos llaves más. En la segunda mitad del siglo XVIII, se le agregaron muchos cambios rápidamente, pocas personas continuaron tocando las flautas de 3 y 4 llaves. Los inventos se sucedieron a una velocidad creciente; era la época de la industrialización... En 1800 las flautas aparecen en el repertorio de orquesta, como las sinfonías de Beethoven. En 1808, el Reverendo Frederick Nolan en Inglaterra inventó la llave abierta de Sol. Este invento es muy importante, ya que por primera vez se obturan dos agujeros para el mismo dedo. En 1810 Georges Miller fabricó en Londres pífanos de metal. En 1820-30, el flautista Charles Nicholson en Londres intentó mejorar la flauta haciendo los agujeros más grandes, pero no tuvo éxito porque el mecanismo de las llaves no era correcto. Los fabricantes Rudall & Rose fabricaron en Londres flautas de 8 llaves, que fueron muy populares en Inglaterra.

La Flauta de Boehm [editar]

El flautista alemán Theobald Boehm, estudió las nuevas técnicas de flauta y en 1832, basado en un nuevo sistema, creó la flauta que se usa hoy en día. Entre sus fundamentos encontramos que los agujeros debían ser lo más anchos posible y estar en los lugares acústicamente correctos; que la flauta contendría un cierto número de llaves cubriendo todos los agujeros y que todas las llaves tenían que estar abiertas en su posición de descanso (excepto sol #). Las nuevas flautas estaban realizadas en un tubo cónico, y en 1846 Boehm creó el tubo cilíndrico moderno con una cabeza parabólica. Esto corrigió la afinación y homogeneizó el timbre en los diferentes registros. A medida que el tiempo pasó, las flautas se construyeron en metal. Más duro el metal, más luminoso el timbre. Desde la construcción de la flauta por Boehm en 1847, se ha conservado básicamente el mismo modelo. Puede haber adicionales o extensiones ,pero no se ha rediseñado. Hoy, la flauta moderna está construida sobre 26.5 pulgadas largo con un tubo de 0.75 pulgadas y está dividida en tres secciones que contienen la juntura de cabeza, cuerpo, y pie. Hay trece agujeros que usan ocho dedos y el dedo pulgar izquierdo. La juntura de cabeza se cierra con un corcho y está abierto hasta el pie . El material más común es la plata esterlina, pero algunos modelos más baratos son el níquel color de plata. Se ha experimentado con Platino, Auromite (oro y plata), y Titanio. También se ha agregado una llave con rodillo para el Re # y un mecanismo de Mi partido que permite cubrir dos llaves, mientras en una flauta regular, cubre sólo uno. Esto le permite al Mi 3 ser tocado más limpiamente y con un buen ataque . El diseño de la embocadura se ha cambiado según las necesidades del flautista. El flautín, la flauta en sol, y la flauta baja, se han usado en orquesta y coros de flauta durante el siglo XIX. Al final de ese siglo la flauta aparece en las obras de Brahms, Strauss, Tchaikovsky. La literatura para flauta sola se expande rápidamente, con piezas muy virtuosas.

Siglo XX

1948 - Alexander Murray, conocido flautista y maestro, colaboró con los fabricantes Albert Cooper y Elmer Cole, en la fabricación de la Flauta "Murray" - basada en la escala experimental Cooper. 1961-62 - Aparece el nuevo modelo de Murray, la Mark I. 1967 - Murray colabora con el fabricante de la compañía Armstrong Jack Moore. Desde 1972, producen el modelo en flautas y piccolos con otros cambios - la llave gizmo, entre ellos. La compañía Brannen fabrica el sistema Kingma, muy utilizado en obras contemporáneas. Sus llaves están preparadas para emitir sonidos con timbres muy diferentes a los convencionales.

El oboe


El oboe (francés: hautbois, 'madera alta o aguda' )[1] [2] es un instrumento musical de la familia viento madera, de taladro cónico, cuyo sonido se emite mediante la vibración de una lengüeta doble que hace de conducto para el soplo de aire. Su timbre se caracteriza por una sonoridad penetrante, mordente y algo nasal, dulce y muy expresiva.[3]

Conocido desde la Antigüedad, el instrumento ha evolucionado en el espacio y el tiempo con una amplia diversidad fruto de la creatividad de las civilizaciones y culturas, que han permitido que siga usándose en la actualidad. Los oboes tradicionales (bombarda, cornamusa, duduk, gaita, hichiriki y zurna) y los oboes modernos (oboe pícolo, oboe, oboe de amor, corno inglés y oboe barítono) forman una gran familia con múltiples facetas.[4]

Empleado en solo, música concertante, música de cámara, orquesta sinfónica o banda musical, el oboe moderno representa en la orquesta al conjunto de la familia. Las obras para oboe proceden esencialmente del repertorio barroco (Bach) y clásico (Mozart), y tras su renacimiento, del Siglo XIX (Robert Schumann) hasta nuestros días (Berio).

Según la RAE, la persona que toca el oboe se denomina oboísta.[5] El término oboe lo han utilizado también los organólogos como nombre genérico para un instrumento de doble lengüeta de taladro cónico. Asimismo puede referirse a un tipo de registro de órgano.
Tres oboes: tradicional, barroco y moderno. Puede apreciarse la evolución y el desarrollo de las llaves, así como la madera y la forma del taladro, la campana y la lengüeta.

Generalidades [editar]

Poseen unas llaves que sirven para facilitar la ejecución de cualquier pasaje musical. Su existencia se debe a que el ser humano tiene menos dedos que agujeros tiene el oboe, limitación física que se soluciona con este ingenioso sistema que permite, al pulsar una llave, tres cosas: cerrar un agujero, abrirlo o alcanzar agujeros situados lejos de nuestros dedos. A lo largo de la Historia, el oboe ha ido evolucionando y desarrollándose en el aspecto técnico desde los oboes tradicionales que carecían de llaves. En el Barroco encontramos oboes denominados de dos y tres llaves; posteriormente, a finales del periodo clásico, el oboe ya contaba con siete llaves. En el Romanticismo, el oboe de Joseph Sellner tenía trece llaves. Y así sucesivamente hasta la actualidad. Para hacerse una idea de la evolución sufrida, el oboe actual cuenta con un complejo mecanismo de hasta cuarenta y cinco llaves (platos o anillos), resortes y columnas de metal, dependiendo del sistema que se utilice. Existen varios sistemas: el semi-automático, el automático, el sistema thumbplate,[7] [8] el sistema de conservatorio; más una serie de llaves opcionales como la tercera llave de octava, la llave doble del fa[9] o el do 3 grave,[10] facilitador del re 5,[10] e incluso, recientemente, aunque no de forma habitual, se puede hacer que el instrumento alcance el la 2 grave,[11] superando así su límite absoluto. Existe otro sistema, no tan utilizado, basado en anillos que requieren que la yema del dedo tape por completo el agujero, como puede observarse en los clarinetes.[12]

El taladro es estrecho y cónico y se expande de manera más o menos regular por cinco sextos de su longitud, abriéndose luego más rápidamente para formar la campana. Esta expansión tiene la forma de una curva suave o de una expansión de conos, dependiendo de la fórmula adoptada por diversos fabricantes y llevada a cabo experimentalmente con el paso de la historia. El diámetro de abertura en el cuerpo superior, donde se introduce la lengüeta mide 0,47 cm. y 1,58 cm. al comienzo del pabellón. La longitud del oboe, incluida la lengüeta, es de 64,77 cm., pudiendo variar esta longitud según los diferentes modelos de oboe. La lengüeta y el tudel sobresalen de la abertura superior 6,35 cm.[12]

El oboe está afinado en do y tiene un registro entre mezzo-soprano y soprano.[13] Las orquestas suelen afinar escuchando al oboe tocar el tono de concierto La 440 (es el la que se encuentra por encima del do central del piano, vibrando a unas 440 veces por segundo o, lo que es lo mismo, 440 hz). La razón de afinar empleando al oboe, es que, de entre todos los instrumentos de la orquesta, sin contar el piano, es el que posee un tono más estable, permaneciendo constante a pesar de los cambios en la temperatura o la humedad. Además, en comparación con muchos otros instrumentos, al dejar de tocarse durante mucho tiempo, es el que menos se desafina.[14] [15] [16] [17] [18]

Tesitura [editar]

La tesitura del oboe está comprendida entre el si2 grave y el sol5 sobreagudo. El si grave se consigue mediante una llave especial utilizada con el dedo meñique de la mano izquierda. El sol sobreagudo está situado dos octavas y una sexta mayor por encima de si grave.

Esta tesitura comprende cuatro registros: el «registro grave», que se extiende del si grave al sol situado en la segunda línea del pentagrama, es decir, un intervalo de 6ª (si2 - sol3); el «registro medio», que va del sol de la segunda línea del pentagrama al sol inmediatamente superior, es decir, una 8ª por encima (sol3 - sol4); el «registro agudo», que se encuentra entre el sol que está situado encima de la quinta línea, y el re situado una 5ª por encima de dicho sol (sol4 - re5) y el «registro sobreagudo», que va del re agudo al sol situado una 4ª por encima del re (re5 - sol5).
El si grave es el límite absoluto. En el registro sobreagudo el sol puede ser sobrepasado en algunos semitonos, pero estas notas resultan comprometidas para un oboísta de fuerza media. Para tocar en este registro, al oboe se le ha añadido una tercera llave de octava, pero incluso así resulta pesado y difícil. Los oboes más modernos, mejor construidos que los antiguos, dan una emisión de sonido más sencilla en el extremo agudo debido a un alargamiento del pabellón. Esto ha permitido ganar unos grados en el registro sobreagudo, aunque los maestros clásicos evitaron escribir por encima del fa natural sobreagudo, como puede observarse en el Cuarteto para oboe y cuerdas de Mozart. El mejor registro del oboe está comprendido entre el la3 y el re5, registro en el cual el oboe es un instrumento de inestimable valor para la interpretación de melodías, siendo un símbolo de pureza e ingenuidad cuando se trata de describir caracteres humanos.

Sonido [editar]

El oboe es ante todo un instrumento melódico; tiene un carácter agreste, lleno de ternura, yo incluso diría de timidez. Los sonidos del oboe son adecuados para expresar el candor, la ingenua gracia, el dulce gozo, o el dolor de una alma en pena. Los transmite de manera admirable en los pasajes cantabile.
Oboe actual de la firma Marigaux.

Gran Concerto (detalles)
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Gran Concerto de Antonio Pasculli. Interpretado por Alex Klein,
oboe, y Lisa Bergman, piano. El oboe empieza a tocar
a partir del primer minuto aproximadamente.

El sonido del oboe se distingue del de los demás instrumentos por ser más gangoso y nasal; también como acre, penetrante, áspero, cortante, ronco y aterciopelado. Éste, junto al fagot y el corno inglés, forma un grupo muy homogéneo, que representa las cualidades más obvias de la doble lengüeta que los distinguen de otros instrumentos. El oboe sería la voz soprano; el fagot, el bajo, y el corno inglés, el tenor, y, aunque no se emplee mucho en las orquestas, el oboe de amor, el contralto.[21]

En el oboe los sonidos armónicos se obtienen a partir de las llaves de octava y empleando las digitaciones de las notas situadas a la doceava inferior. A diferencia del clarinete o la flauta, que son de taladro cilíndrico, los armónicos suenan ligeramente velados debido al ensanchamiento cónico del tubo, y esto es una ventaja, pues, por otra parte, se pueden conseguir efectos de extrema dulzura. A diferencia de otros instrumentos de viento-madera, el oboe tiene un sonido claro y penetrante. Ello se debe al taladro cónico, que hace que el oboe sea rico en armónicos, tanto los pares como impares, y tenga un espectro tonal tan amplio. Gracias a esa característica, los oboes se escuchan fácilmente por encima de otros instrumentos en conjuntos musicales amplios. Los matemáticos pueden explicar esto mediante fórmulas derivadas del hecho de que el frente de onda no es plano, sino el segmento de la superficie de una esfera.[22] [23]

La belleza y pureza que emiten los sonidos del oboe dependen del sentimiento y el buen gusto que posea el artista, aunque esto no quiere decir que se descuiden las cualidades del sonido como tal. Por el contrario, es preciso poner la mayor atención en este punto, pues se corre el riesgo de adoptar sonidos que luego sean difíciles de corregir. Debe tenerse un gran cuidado al colocar la lengüeta entre los labios, pues de su posición depende la calidad del sonido emitido. La búsqueda de una buena sonoridad es el principal objetivo del oboísta durante toda su carrera.[24]

El cuidado de la embocadura en el oboe merece mayor atención que en los demás instrumentos. El sonido del oboe, si es mal tocado, puede ser muy desagradable, agrio e ingrato, como ocurre con los estudiantes al principio, razón de peso que puede inducir al abandono del estudio del mismo. Pero un oboísta avanzado puede producir un timbre rico, cálido y hermoso. En contraposición a lo anterior, Gustav Mahler, para obtener una sonoridad más estridente, disponía los oboes y clarinetes de tal manera que sus campanas apuntasen directamente hacia el público. Este efecto es indicado en la partitura en alemán Sahlltrichter auf. Por otro lado, el llamado efecto sordina, que consigue un sonido más apagado, se logra introduciendo un pañuelo en el pabellón del instrumento.[25]

Para hacer sonar el oboe, primero debe humedecerse la caña, bien sea en la boca o en un pequeño bote de agua que se suele colocar en el atril. Luego se empuja ésta a través del hueco del cuerpo superior todo lo que se pueda, teniendo cuidado de que el instrumento no se quede alto de tono. Todo el peso del oboe recae sobre el pulgar derecho, que se sitúa en el apoyadero del cuerpo medio. La parte raspada de la lengüeta se sitúa en el labio inferior; el labio superior se cierra sobre ella, y ambos labios se doblan hacia dentro cubriendo los dientes mientras que las comisuras de la boca se cierran sobre la lengüeta para impedir que el aire se escape. La lengua se mueve rápidamente sobre la caña para hacer el picado. Para realizar todo correctamente, los músculos labiales deben entrenarse gradualmente mediante la práctica. Al principio puede provocar cansancio, y la tendencia es la de introducir demasiada caña en la boca, produciendo un sonido alto y ruidoso.[26]

Al oboe se le suele usar en todo tipo de formaciones. En las orquestas, se le confía la melodía, dialogando sobre todo con la flauta. Posee, especialmente en los soli, las cualidades más valiosas; a su delicadeza y fuerza se unen la dulzura y flexibilidad de los sonidos, lo que permite expresar con un acento de encantadora pureza los más delicados sentimientos del alma, y por ello el oboe es imprescindible en la orquesta. También es empleado en la orquesta en los tutti, unido a otros instrumentos de madera o a las trompas, en armonías. Su más próximo afín es el fagot, con el cual armoniza perfectamente su timbre; en el caso de simultanearse con la flauta o el clarinete se le da al oboe la melodía dominante, aunque cuando esta melodía está en octava se le da al clarinete o la flauta, aunque el oboe llevará un contrapunto muy importante; en los tutti se nota al oboe más bajo que la flauta y más alto que el clarinete. Su timbre exclusivo, que se complementa tanto con los instrumentos de cuerda como los de viento, hace que se distinga de los demás instrumentos; el timbre característico del oboe es, en el registro grave, áspero, serio y muy intenso, pero, a medida que se sube en el registro, se va haciendo más fino y delicado, con una sonoridad nasal.

La gama de recursos expresivos del oboe es muy extensa, siendo algunas de sus principales características la ingenuidad, la gracia y la elegancia, aunque lo patético no le es extraño; el oboe es el principal instrumento para interpretar obras con sentimientos «rústicos», por ejemplo, la Sinfonía nº 6 «Pastoral» de Beethoven, o toda la música del nacionalismo folclórico valenciano. También expresa el duelo, como en la «Marcha fúnebre» de la Sinfonía nº 3 «Heroica» de Beethoven, el espanto y la desesperación, como en la «Carrera al abismo» de la Condenación de Fausto de Hector Berlioz, así como sabe cantar las más delicadas frases de amor, como en Romeo y Julieta de Berlioz, en el Concierto para violín de Brahms, en el solo del movimiento lento de Pélleas et Mélisande de Debussy; en Pedro y el lobo de Prokofiev, donde el oboe interpreta la voz del torpe pato o en la Sinfonía fantástica de Berlioz en la escena de los campos.[